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Sexo, Drogas y Rock&Roll

Durante un corto periodo de tiempo, uno de los clichés más repetidos de la música, “Sexo, drogas y rock&roll” no fue solamente una frase manida. Se convirtió en un estilo de vida que quiso ser universal. El sexo libre como respuesta a las rígidas normas de la puritana sociedad burguesa, las drogas como una forma de autoconocimiento y el rock&roll como banda sonora de una nueva generación que aspiraba a algo más que a terminar la carrera, encontrar una trabajo estable y fundar una familia.

Fueron los predecesores directos de la generación milenial y vivieron su época de esplendor a mediados de los años sesenta. El punto álgido de este movimiento tuvo lugar durante la primavera y el verano de 1967. Durante aquellos meses, el mundo entero volvió los ojos a San Francisco, el epicentro de la contracultura hippie.

En San Francisco, se habían establecido algunos de los poetas de la generación Beat, precursores directos de los “flower children”, y allí se encontraban la universidad de Berkeley, fuertemente politizada, y una importante comunidad de artistas y bohemios. En el ambiente, el rechazo a la guerra de Vietnam y la explosión cultural juvenil de la primera generación nacida tras la Segunda Guerra Mundial.

Cuna de festivales

Ese verano nacieron los festivales al aire libre tal y como los entendemos hoy.

 

El primero de la historia fue el Fantasy Fair and Magic Mountain Music Festival y, una semana después, el 16 de junio, el Monterey Pop, en el que hasta 90.000 personas se dieron cita para convivir durante tres días y escuchar a Jimi Hendrix, Janis Joplin, Otis Reading o The Who.

Entre los grupos que pusieron la banda sonora de aquellos meses hay que añadir también a Jefferson Airplane, Quicksilver Messenger Service y Greatful Dead, instalados en la ciudad y miembros activos del movimiento hippie. John Phillips, de The Mamas & The Papas, fue el autor de San Francisco (be sure to wear flowers in your hair), canción utilizada para promocionar el festival de Monterey y un éxito inmediato.

Hasta cien mil personas se dieron cita en San Francisco (las autoridades se vieron rápidamente desbordadas) para participar en este experimento social que no se limitó, ni mucho menos, a una reunión de jóvenes con ganas de pasárselo bien, que también. Se abrieron la Free-Store, una tienda completamente gratis donde se podían intercambiar todo tipo de productos y la Free-Clinic, un centro médico gratuito para atender a los participantes que se ocupó principalmente de dos problemas: los malos viajes de LSD y las enfermedades de transmisión sexual. Surgieron periódicos y emisoras de radio, grupos de teatro, foros de debate y se organizaron todo tipo de actividades culturales.

Festival "Woodstock"

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