
Colores psicodélicos, el símbolo de la paz y, sobre todo, la figura del hippie bailando en el Golden Gate Park se encuentran entre los símbolos que se quedaron grabados para siempre en el colectivo estadounidense tras ese verano.
El fenómeno se fraguó unas semanas antes del fin del curso escolar de 1967, cuando más de 100 mil jóvenes de todo ese país acudieron a San Francisco para participar en el circo psicodélico de Haight-Ashbury. Este se considera el punto cero de este movimiento, hoy un elegante barrio de casas victorianas convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, símbolo, quizás, de todos aquellos baby-boomers que cambiaron las camisas de flores por el traje gris.
La experiencia no tardó en disolverse, pero antes dejó marcadas muchas esferas de la vida cultural y social de los Estados Unidos: desde la música pop hasta el arte y la moda, las relaciones humanas, la sexualidad, la diversidad racial o la actitud hacia las drogas.
Movimiento Hippie

El movimiento hippie fue el mayor escaparate cultural de las numerosas reivindicaciones políticas y sociales de la década: sexo libre (la píldora se legalizó para los matrimonios en 1965), derechos civiles (con las marchas de Luther King en 1963), pacifismo (contra la guerra de Vietnam)... Sus integrantes eran numerosos —mucho más que los que conformaban anteriores movimientos contraculturales— y heterogéneos, unidos por una protesta más o menos formal contra el orden moral establecido tras la II Guerra Mundial, que comenzaba a mostrar sus primeras grietas.
Por otra parte, la gran afluencia a Haight-Ashbury, el pequeño barrio de casas victorianas a un precio asequible para los jóvenes por aquel entonces, hizo que se deteriorase poco a poco: violencia, robos, mendicidad, drogas…
Los hippies abandonaron San Francisco en octubre, una vez había finalizado periodo estival. Fue en ese mes de 1967 cuando algunas personas locales organizaron, en el barrio que había acogido durante el largo verano gran cantidad de conciertos y actuaciones teatrales, una manifestación, La muerte del hippie, en la que simulaban el funeral del movimiento sociocultural y denunciaban que muchos de los asistentes que acudieron a la ciudad los meses anteriores no habían entendido el verdadero significado del acontecimiento.
Sin embargo, la cultura hippie no estaba del todo muerta. Siguió coleando en Estados Unidos y expandiéndose por Europa y América Latina durante los últimos años de la década de 1960. El Verano del Amor se dibuja, además, como la influencia más evidente del Mayo del 68 francés. En EE UU, el colectivo conformó una base para el movimiento pacifista, que finalmente lo acabó trascendiendo con una fuerte oposición a la guerra de Vietnam, protagonizando gran cantidad de manifestaciones multitudinarias y muy mediáticas.